viernes, 26 de marzo de 2010

La Educación en los tiempos de la cibernética

Por Piedad Ortega de Spurrier
Coordinadora DOBE y Directora del Dpto. de Comunicación
(artículo publicado en el especial de Educación de El Universo)


¿Cómo conciliar el tiempo de la tecnología, nueva maestra vertiginosa, y el tiempo más lento de los alumnos y los maestros?
Sin dudas las luces de la cibernética son más atractivas que las opacidades de las relaciones entre padres, maestro y alumno. ¿Cuál sería la nueva posición del maestro?
Que el maestro lidere un proceso de transmisión educativa que incentive la autonomía de los alumnos y favorezca la toma de decisiones para la vida, porque aún con el acceso a la información globalizada, persiste la necesidad de saber orientarse en un mundo de cambios. Aún hoy el futuro sigue siendo una incógnita a construir con criterios claros.
De lo contrario puede aparecer un malestar entre los niños y jóvenes frente a la poca expresión de los intereses y palabras, y todo se convierte en un sin-sentido de obligaciones.

Reconstruir relaciones a través de la palabra como señala Jacques Lacan, permite establecer nuevos lazos educativos.
a) Recuperando el diálogo junto a los adelantos de la tecnología, pero recuperando la historia individual del niño y adolescente con la transmisión renovada del adulto. Trabajo con películas, videos, es una forma actual para intercambio de ideas.
b) Utilizando la capacidad lúdica y de creación entre padres hijos y maestros para inventar nuevos escenarios educativos. Los currículos pueden ser camisas de fuerza. Demos lugar a la invención.

Estos dos aspectos se ponen aún más en juego en los dos últimos años del colegio en los adolescentes, en donde la llamada “crisis de la educación” se juega en forma definitiva, porque:
a) En toda persona humana hay algo que se resiste a ser totalmente educado, que no pasa dócilmente por las palabras. Las instituciones educativas son sensibles a esto, cuando introducen los debates, los métodos de resolución de conflictos, las ferias que permiten a la creatividad cuyo origen solo es posible, si se toma en cuenta ese “resto” inasimilable que se resiste a ser colonizado por la enseñanza formal.
b) Los mecanismos disciplinarios funcionan si para los jóvenes tienen el valor de darles un marco de estabilidad para sus intereses.
Sin duda creo que hay maestros, que tienen más facilidad para tocar esos puntos que escapan a los saberes académicos y son los que guían con mucha frecuencia el porvenir de los jóvenes.

Sugiero que el proceso de orientación a los jóvenes debe estar atravesado por los siguientes parámetros:
1. El estudiante debe de conocer con precisión cuales son sus fortalezas y debilidades antes de escoger una carrera. Una visión realista de su persona, es la línea base necesaria para tomar decisiones. Este punto debe de ser corroborado por los maestros.
2. Los orientadores deben de tener la oportunidad de investigar conjuntamente con los alumnos los programas de estudio de la carrera que se espera escoger. Pueden hacerse grupos afines para discutir la opción en distintas universidades para poder discriminar.

El proceso de orientación debe involucrar a los padres. Recordemos que el futuro de los jóvenes ha sido siempre parte de sus sueños, este es el momento de despertar y las realidades pueden o no haber sido las esperadas.

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